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Epilepsia refractaria: la importancia de identificar a quienes la sufren

Viernes 18 de Noviembre de 2022

A pesar de los recientes avances en el desarrollo de los fármacos antiepilépticos, la epilepsia refractaria continúa siendo el mayor problema clínico, con una afectación de más del 35% de los pacientes con epilepsias parciales.
 

La epilepsia es un desorden crítico relativamente común que afecta alrededor de 60 millones de personas en todo el mundo, y es considerado uno de los desórdenes patológicos con más alto índice de prevalencia y que impacta a todo nivel en la vida de una persona y su entorno.  

La International League Against Epilepsy (ILAE) define la epilepsia refractaria como «aquella en la cual se ha producido el fracaso a 2 ensayos de fármacos antiepilépticos, en monoterapia o en combinación, tolerados, apropiadamente elegidos y empleados de forma adecuada, para conseguir la ausencia mantenida de crisis». Se considera ausencia mantenida de crisis un periodo de un año o, en caso de crisis muy esporádicas, un periodo de al menos el triple al mayor intervalo intercrisis pretratamiento. 

La epilepsia refractaria afecta aproximadamente a una cuarta parte de los pacientes con epilepsia. Como consecuencia del mal control de las crisis estos pacientes tienen aumentado el riesgo de muerte prematura, traumatismos y/o alteraciones psicosociales, así como una calidad de vida reducida. Aunque la epilepsia refractaria pudiera remitir temporalmente (4% al año en adultos, con un porcentaje mayor en los niños), la reaparición de las crisis epilépticas es frecuente. Por lo tanto, la identificación de pacientes con epilepsia refractaria es fundamental para facilitar el inicio de la evaluación prequirúrgica y establecer posibles alternativas terapéuticas. 

Frente al fracaso de los tratamientos específicos que dan respuesta al 80% de los pacientes epilépticos, unos 300 mil en la Argentina, las opciones de cura o paliativos para la epilepsia refractaria se sintetizan en el enfoque quirúrgico, la medicación alternativa y la dieta cetogénica. La cirugía constituye actualmente una forma terapéutica eficaz y segura en un grupo de pacientes con epilepsia refractaria, que debe considerarse lo más precozmente posible en sus indicaciones apropiadas, ya que suprime las crisis en un elevado porcentaje.

Se estima que el 50 por ciento de los casos de epilepsia refractaria son quirúrgicos y se evidencia que esta intervención puede cambiar definitivamente la calidad de vida. 
 

Cuando la neuro electrofisiología entra en acción
 

La electrofisiología juega un rol importantísimo en la localización precisa del foco epileptogénico. Luego de la reconstrucción tridimensional del cerebro tras la obtención de imágenes estáticas a través de tomografía o resonancia, mediante el uso de Marcos de Estereotaxia, se obtienen con alta precisión las coordenadas que permiten ubicar la zona del cerebro adecuada, donde un electrodo generará un estímulo eléctrico para provocar un cambio en la patología. Para llegar a esos núcleos es necesario atravesar estructuras del cerebro ubicadas en zonas profundas. El procedimiento -dos pequeños agujeritos de 24 milímetros- permite encontrar el camino óptimo para colocar el electrodo en el lugar indicado, evitando cualquier estructura de riesgo. 

Si el electrodo se mueve en el líquido cerebral, la neurofisiología entra en acción: antes de colocar el electrodo, con microelectrodos se realiza una lectura de la actividad eléctrica en un rango de profundidad donde es necesario encontrar el núcleo blanco del electrodo. Esto permite detectar cualquier desplazamiento del cerebro y corregir la trayectoria antes de colocar el definitivo. 

Si bien la enfermedad no tiene cura y la ciencia aún no llegó a la instancia de detener su avance degenerativo, la intervención a través de la neuro electrofisiología ha demostrado mejorar la calidad de vida de los pacientes, donde radica sin duda, la clave del éxito.