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Malformaciones arteriovenosas: ¿qué son y cuáles puede tratar la radiocirugía?

Viernes 14 de Octubre de 2022

Las malformaciones arteriovenosas (MAV) son un conjunto de patologías caracterizadas por conexiones anómalas entre vasos arteriales y venosos. Su abordaje es multimodal y pueden utilizarse tratamientos endovasculares y radiocirugía.  
 

Las MAV consisten en una arteria que se conecta con una vena a través de vasos anómalos, provocando que la sangre llegue con más presión de lo normal al sistema venoso. De ese modo se genera una circulación anómala, con el riesgo de ruptura.  


La misma puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo y producir una sintomatología diversa. Dependiendo de las características de la MAV y de su ubicación, es posible que surjan cefaleas, convulsiones o cuadros isquémicos. Además, cuando se generan cambios en el flujo dinámico de la circulación cerebral, ciertas zonas del cerebro podrían no recibir la sangre que deben.  


¿Cómo tratarlas?  

La combinación de tratamientos incluye cirugía, radiocirugía y tratamientos endovasculares. Para determinar cuál es la mejor opción posible, se evalúa la ubicación de la MAV, el tamaño y el sistema de drenaje que posee. A partir de esa información se lleva a cabo una clasificación quirúrgica.  


Opciones para cada caso 

Los especialistas dedicados a tratarlas, las clasifican en tres grupos, con sus respectivas opciones terapéuticas:  


MAV de gran tamaño. Cuando la probabilidad de daño es alta, se hace un tratamiento multimodal con radiocirugía y tratamientos endovasculares.  

MAV pequeñas. Cirugía tradicional o radiocirugía.  

MAV intermedia. Puede ser tratada con una combinación de las tres modalidades. Para ello se requiere la intervención de un neurocirujano, un especialista endovascular, un radiocirujano y un neurocirujano. Por un lado, se intenta reducir el volumen de la MAV con radiocirugía o con tratamiento endovascular. Luego, con el tiempo se evalúan para ver si se sigue haciendo lo mismo o, al cambiar la morfología de la MAV por los tratamientos realizados, se la puede operar. 


Al respecto, especialistas de NOVAE grupo médico destacan que a la hora de decidir se compara el riesgo de la cirugía con el riesgo de sangrado que tiene la MAV en la vida del paciente. Se trata de un paso importante porque sirve para evaluar los riesgos como ruptura y sangrado. 


Sin embargo, cuando el riesgo de daño es mayor al de sangrado la mejor alternativa es no hacer nada.  


Radiocirugía craneal y efectos a largo plazo 


Los efectos de la radiocirugía se ven a largo plazo, incluso hasta dos o tres años después del tratamiento. Además, en ese período la MAV puede sangrar, aunque con el paso del tiempo se va ocluyendo. De todas formas, el tratamiento endovascular en combinación con la radiocirugía es la mejor elección de tratamiento, a pesar de saber que debemos esperar los efectos.  


Para tratar una MAV, al ser una patología dinámica que depende del flujo cerebral de las estructuras aledañas, que pueden tener relación con los vasos que intervienen, es importante contar con equipos multidisciplinarios. Especialistas de NOVAE coinciden en que deben ser profesionales especializados, no solo en radiocirugía sino también en tratar malformaciones arteriovenosas.   
 

NOVAE cuenta con avanzadas tecnologías, nuevos software de planificación, imágenes de altísima calidad, resonancias, angiografía digital, sumado a mejores conocimientos y preparación de los recursos humanos dentro de la esfera de la dosimetría, lo que permite hacer radiocirugía dando dosis divididas en fracciones. Así se logra el mismo efecto que realizando una dosis, pero disminuyendo la posibilidad de efectos adversos por toxicidad. Además, las nuevas técnicas de fraccionamiento en volúmenes distintos, o fraccionando la dosis, amplía el espectro para el tratamiento de estas especialidades.