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Síndrome facetario: síntomas y diagnóstico

Jueves 18 de Marzo de 2021

Con la edad, los huesos sufren cambios degenerativos causados por la artrosis o el desgaste de las superficies articulares. Debido a esto se deslizan, generando fricción y limitaciones. A este proceso, que produce irritación en las articulaciones, se lo llama síndrome facetario: por afectar, justamente, las articulaciones facetarías, que son aquellas que están entre las vértebras.


“La columna vertebral, en la parte posterior, tiene una serie de articulaciones entre las diferentes vértebras, en los distintos niveles: cervical, torácico, lumbar. Esas articulaciones, como todas las del cuerpo, pueden degenerarse, provocando artrosis. Son cambios inflamatorios que pueden producir dolor”, afirma el neurocirujano y miembro de NOVAE Grupo Médico, Gustavo Garategui (MN 133.468). Además, reseña que “cuando se estudia a los pacientes uno puede encontrar patologías degenerativas. Es importante estratificar bien lo hallado en los estudios por imágenes y entender si hay una correlación exacta entre una estructura que se ve alterada y el síndrome clínico que presenta la persona”.


El avance del síndrome facetario, incide en la distribución del peso que soporta la columna. En personas que no padecen este síndrome el peso se distribuye en el sector anterior; pero, cuando eso se ve alterado, recae en las articulaciones que no están adaptadas para soportar tanto. Entonces, cuando los discos se afectan -por una hernia o se deshidratan por la edad-  hacen que la columna empiece a desplazar más peso hacia el sector posterior y eso será lo que termine afectando las articulaciones facetarías. Al respecto, Garategui asegura que en el equipo de NOVAE trabajan para “entender el síndrome clínico, ver las resonancias, comprender qué estructuras están afectadas, ver si el síndrome facetario, que uno lo hace como diagnóstico de descarte, es el responsable del cuadro clínico”.
El profesional explica que cuando la persona sufre dolores propios del síndrome facetario, tiende a inclinarse hacia adelante ya que éstas articulaciones están atrás, entonces, la inclinación libera el dolor. Otras veces, el paciente dice “cuando duermo no me duele, cuando me siento, sí”, advierte Garategui y agrega “al estar de pie o sentado apoya más peso en la columna, lo que acentúa la dolencia”.


Formas de diagnóstico
Una manera de diagnosticarlo es a través de procedimientos percutáneos, como bloqueos. El objetivo es generar analgesia en el nervio sensitivo para, lo que permite entender que si el dolor desaparece o hay una mejoría es porque está involucrado en el dolor. Por lo tanto, el bloqueo cumple una función diagnóstica y terapéutica al mismo momento. 


“El paciente nos va a describir el dolor, los antecedentes, qué lo exacerba o disminuye, si es de un lado o del otro lado, si se queda en la espalda, si se van por las piernas. Con esas características configuramos qué tipo de patologías participan en ese dolor. Veremos cómo maniobran para desencadenarlo”, señala el especialista. “Si le solicitamos realizar una hiperextensión de la columna y al tirarse hacia atrás le empieza a doler más, sabemos que las facetas se irritan en esa maniobra. Además, los estudios por imagen son de suma utilidad para este tipo de cuadros” concluye el especialista.